Descripción
Voy a contaros mi experiencia personal. En el año 1993, mi hermana, con 21 años, debutó en diabetes tipo 1. Recuerdo que los médicos le dieron dietas en función de las calorías que debía ingerir. En 2002, mi hermano, con 25 años, debutó en diabetes. Tuvo la suerte de que mi hermana le ayudó muchísimo con esta enfermedad. En el año 2003, mi marido, con 36 años, debutó en diabetes tipo 1. Le dieron dietas de 1500 kcal. ¿Cómo es posible que, habiendo perdido muchísimo peso, les dijeran que tenían que comer poco? En 2008, mi hijo, con 8 años. debuta en diabetes tipo 1. En este caso, todo fue diferente. El endocrino en ningún momento nos dijo que había que contar kilocalorías; lo que había que hacer era saber la cantidad de hidratos de carbono que ingería, y en función de eso, se tendría que poner la insulina. Si no quería comer hidrato de carbono de absorción lenta (pan, pasta, arroz, harinas, patata), estaría comiendo saludablemente y necesitaría menos insulina (me refiero a la insulina rápida que las personas con diabetes tipo 1 han de variar en función de los hidratos que ingieran).
En el 2012 decido estudiar Nutrición. Mi sorpresa fue que en el tema de alimentación en diabetes nos explicaron que entre el 50 % y 60 % han de comer hidratos de absorción lenta, cuando en mi casa no comíamos de esa forma y los controles de glucosa de mi hijo y mi marido eran correctos, así como la hemoglobina glicosilada (glicada). Fue cuando me di cuenta de que una alimentación saludable en diabetes no es la que estudiamos.
En el 2019, mi hija, con 21 años, debuta en diabetes tipo 1. Vuelve a pasar lo mismo que con mi hermana y mi marido, lo cual es lógico, ya que es lo que se estudia en Nutrición.
Observo que los controles de glucosa de las personas con diabetes, si estas no ingieren hidratos de carbono de absorción lenta, mejoran ostensiblemente. También ocurre en personas con diabetes tipo 2: además de controlar la diabetes, bajan de peso y el colesterol también se regula, así como los triglicéridos.
Es por ello por lo que decido escribir este libro. He comprobado que las personas con diabetes no han de controlar la cantidad de calorías ni han de pasar hambre, pero sí reducir un determinado grupo de alimentos.